"Recuperar Nabarra, el Estado de Vasconia"
En honor a quienes nos precedieron en la defensa de Nabarra, de sus Leyes, fueros y Costumbres, ante la bárbara conquista genocida efectuada por Castilla en 1512.
(Pro Libertate Patria. Gens Libera State)
Esta página está creada por legitimistas nabarros/rras, cuya finalidad es de dar a conocer la veracidad sobre nuestra conquista, lo ocultado por la pluma del conquistador y el silencio de los traidores que hicieron posible la desaparición del reconocido Reino Vascón, el que formó parte en el concierto europeo.
Nos fue una invasión injustificada. Sin la previa declaración de guerra. Superioridad en lo militar. Se violaron nuestras fronteras. Todo esto causó estupor, tanto a la población del momento, como igualmente a los regidores del Reino. La presencia de las huestes castellanas crearon el pánico, parte de la Familia Real Nabarra pudo huir a sus dominios en el Bearne, solo quedó D. Juan de Albret, para preparar la defensa, algo imposible dado a las circunstancias de esos momentos.
Sobre estas cuestiones se irán dando a conocer, y sea la propia ciudadanía quien juzgue nuestro brutal atropello, muertes, saqueos, etc., etc. Si despreciable fue el duque de Alba de Tormes, no se quedó atrás el ilustre Legado Pontificio, Bernardo de Mesa, el mismo que en vez de usar la palabra de Cristo, usó su arenga contra la indefensa Pamplona diciéndoles: Que si ayudaban a los Reyes herejes, serían sus bienes confiscados, sus hijos esclavizados y desterrados. (Lo cometido no tiene nombre, y todo en nombre de Dios (?)).
La actividad de la Legitimidad continuó a pesar de la Nabarra Surpirenaica, continuó en la Nabarra Norpirenaica, como lo fue en el Beame (PAU) Allí murieron en su exilio Juan de Albret (1516) luego fallecía Catalina de Foix (1517). Les sucedió Enrique II El Sanguesino. Tras su muerte en 1555 les sucedió Juana de Albret y su marido Antonio de Bourbon. A la muerte de ambos les sucedió en 1572 Enrique III de Bourbón-Albret. Este en 1589 fue Rey por Francia, bajo Título Enrique IV. Fue asesinado por la Liga Católica, siguiendo instrucciones del Papado (Vaticano). No obstante, todos ellos dejaron el pabellón de Nabarra bien alto.